Poco más de 100 años después de la copa realizada en medio de la crisis sanitaria de la gripe española, se inicia la versión 2021 de nuevo en un Brasil con cifras que han superado las 3000 muertes diarias por la pandemia del Covid 19. A un par de días del inicio del torneo, el primer reporte oficial habla de más de 50 casos de Covid asociados a la realización del evento, y al mismo tiempo, la organización impuso una multa de 20.000 dólares al goleador de la selección boliviana, Marcelo Martins, por manifestar en sus redes “¿La vida del jugador no vale nada? Llegamos entonces a la Copa América 2021, con el absurdo logístico de una sede compartida entre dos países cuyas capitales están a 7000 kilómetros de distancia, tal vez como anticipo a la incapacidad colombiana para ser sede única del evento, o el intento de construir el producto televisivo soñado: Messi levantando una copa por primera vez con la selección mayor argentina en el estadio Monumental, con la publicidad de Catar Airways de fondo. Sólo unos días después de que se negara la solicitud de aplazamiento, se anunciaba que el partido entre Colombia y Argentina por eliminatorias, programado 5 días antes del inicio de la Copa América, tendría público presente en el estadio Metropolitano.
Colombia es, tal vez, el mayor ejemplo de esto. Sin embargo, esto no fue enteramente un mérito del gobierno, más bien fue posible por las presiones de Traffic, empresa dueña de los derechos de transmisión, y los principales patrocinadores: Coca Cola y Mastercard. CONSEGUÍ el BALÓN de FÚTBOL más BARATO del MUNDO! El gobierno colombiano, que apuesta por mantener un discurso totalmente paralelo a la realidad social, incluso desmintiendo las versiones de organizaciones como Human Rights Watch y la misma Comisión Interamericana de Derechos Humanos sobre las evidentes violaciones de derechos humanos en el marco del tratamiento de la protesta, quedó expuesto ante el mundo en gran medida gracias al fútbol. Y esa “dinámica de lo impensado” en el fútbol, de la que hacen parte fundamental los hinchas, lo convierte en una espada de doble filo: al mismo tiempo que es el producto perfecto para entretener -distraer si se quiere-, es el mayor cartel del mundo en tiempo real para poner en el centro de la opinión publica cualquier causa. ↑ «Batman contra el Valencia CF: DC Comics denuncia el murciélago del centenario».
Nada cambió tras el descanso, ya que el Athletic mantuvo la misma forma de jugar a pesar del gol encajado y el Valencia no mostró una imagen excesivamente convincente. La camiseta de esta temporada del Valencia CF formará parte de la historia y si eres fan del Club tienes que hacerte con una de ellas, siempre es uno de los regalos estrella. La Copa América 2020 -después 2021-, viene como parte de una seguidilla de versiones justificadas a como dé lugar por la CONMEBOL para aprovechar el enorme rédito económico de los patrocinadores cataríes. La versión del año 51 tuvo que ser cancelada debido a que los equipos de la naciente liga profesional colombiana estaban contratando jugadores de todo el continente de manera ilegal y como consecuencia Colombia fue expulsada de la FIFA. La deslucida y polémica versión 2001, la única de las tres otorgadas a Colombia que se pudo realizar, fue tal vez el mayor esfuerzo diplomático y mediático del gobierno Pastrana. Los mismos que son dueños del PSG, organizadores del mundial 2022 y creadores de ciudades -literalmente ciudades enteras- futbolísticas para la preparación de deportistas de cara a su participación en su mundial, por medio de la polémica academia Aspire.